Una chica de 21 años habla por celular con una amiga:
"El viejo me dijo 'Estás re linda' al lado de la esposa. Me dijo 'Me acuerdo de que hace dos años eras una nena'... Fue traumático... Un horror... Después fuimos a Plaza Francia con Martín. Gorda, ¡en un momento le dije 'Ariel'! Me miró y me dijo '¿Me dijiste Ariel?'. Yo le dije 'Perdoname'. Él se puso re mal.... Fuimos a la casa y al rato le dije que me tenía que ir... ¡Porque no quiero, gorda! El chabón me decía 'Quedate a dormir, yo hablo con tu vieja'. En realidad no es eso; mi vieja me dejaba quedarme a dormir en lo de mi ex, pero no sé... Quiero ir despacio, es raro".
Wednesday, January 27, 2010
8
Una chica de 32 charla con una señora de 60, vestida muy elegante, que parece ser su tía. La tía le dice:
—A la que veo seguido es a Lucía.
—¿En serio? ¿Volvió? ¿Cómo está?
—Sí, está viviendo acá. Desde que se separó está mucho mejor. Aparte ahora volvió a hablar con su ex en buenos términos. ¿Viste que había terminado todo muy mal?
—Ah... Qué bueno que hablaron. ¿Y la madre de ella sigue acá?
—Sí, después del accidente está insufrible. Incluso cuando Luli habla por teléfono con el ex, ella se para atrás de la puerta y escucha...
—¿Pero vive con Luli ahora?
—Sí, y se queja todo el tiempo: "Ay, esto; ay, aquello"... Esta semana vamos a ir con Luli al cine a ver la película de la Reina Victoria.
—¿Cuál?
—Una nueva, la de la Reina Victoria.
—Ah... ¿Y Chiquita? ¿Cómo anda?
—Ay... Chiquita está súper desmemoriada... Pobre... ¡Dice cada cosa! Ahora se le dio por decir que trabaja. Parece que cuando ella tenía quince años, la madre la hacía trabajar en un puesto administrativo para pagarle el colegio a la hermana menor. Y ella ahora dice que tiene que trabajar para pagar el colegio de la hermana.
—Pobre.... Está viejita ya.
—A la que veo seguido es a Lucía.
—¿En serio? ¿Volvió? ¿Cómo está?
—Sí, está viviendo acá. Desde que se separó está mucho mejor. Aparte ahora volvió a hablar con su ex en buenos términos. ¿Viste que había terminado todo muy mal?
—Ah... Qué bueno que hablaron. ¿Y la madre de ella sigue acá?
—Sí, después del accidente está insufrible. Incluso cuando Luli habla por teléfono con el ex, ella se para atrás de la puerta y escucha...
—¿Pero vive con Luli ahora?
—Sí, y se queja todo el tiempo: "Ay, esto; ay, aquello"... Esta semana vamos a ir con Luli al cine a ver la película de la Reina Victoria.
—¿Cuál?
—Una nueva, la de la Reina Victoria.
—Ah... ¿Y Chiquita? ¿Cómo anda?
—Ay... Chiquita está súper desmemoriada... Pobre... ¡Dice cada cosa! Ahora se le dio por decir que trabaja. Parece que cuando ella tenía quince años, la madre la hacía trabajar en un puesto administrativo para pagarle el colegio a la hermana menor. Y ella ahora dice que tiene que trabajar para pagar el colegio de la hermana.
—Pobre.... Está viejita ya.
7
Dos varones adolescentes:
—¿A vos te parece parece linda Marianita?
—Mm... No, la verdad que no.
—Para mí sí es linda.
—No sé, hay algo que no me cierra. Como que si la mirás de un lado es linda pero si la mirás del otro, no.
—A mí me parece hermosa.
—¿Y por qué no hacés nada?
—¡Ya hice! Estoy re entregado. Siento que estoy regaladísimo. Y hago cosas que suman puntos pero a la vez resto. Ya no sé qué hacer.
—(...)
—Le escribí una carta.
—¡No! ¿Y? ¿Qué pasó?
—No sé, no hablamos más, no me contestó.
—Bueno, ella se hace a difícil, pero vos le das pie.
—Es que te juro que ya no sé qué hacer. No sé qué hacer.
—¿A vos te parece parece linda Marianita?
—Mm... No, la verdad que no.
—Para mí sí es linda.
—No sé, hay algo que no me cierra. Como que si la mirás de un lado es linda pero si la mirás del otro, no.
—A mí me parece hermosa.
—¿Y por qué no hacés nada?
—¡Ya hice! Estoy re entregado. Siento que estoy regaladísimo. Y hago cosas que suman puntos pero a la vez resto. Ya no sé qué hacer.
—(...)
—Le escribí una carta.
—¡No! ¿Y? ¿Qué pasó?
—No sé, no hablamos más, no me contestó.
—Bueno, ella se hace a difícil, pero vos le das pie.
—Es que te juro que ya no sé qué hacer. No sé qué hacer.
6
Tres chicas de 18 ó 19 años:
—Mi vieja me dice cinco veces por día que antes de tirar la verdura en el tacho la envuelva en papel de diario porque larga mucho olor.
—¿Pero vos lo hacés?
—¡No!
—Ah, entonces no te quejes.
—Otra cosa que me dice todo el tiempo es: “Ordená el cuarto”.
—A mí me hace lo mismo. Me dice: “Marina, dejaste todo en la mitad del camino”. Y yo le digo: “¿En la mitad de camino para quién?”. O si no, me ordena el cuarto cuando no estoy. Y yo digo: “¿En qué momento entrás a mi cuarto y odernás cuando yo no estoy?
—Nosotros tenemos una pava eléctrica y según mi mamá si la apoyás directo sobre la madera, la quema. Es mentira. Pero siempre la tengo que apoyar en un apoya-pavas que tiene un kiwi pintado, el animal ese que es como una gallina. Siempre lo hago y justo el día en que no lo hago, ella me ve y se enoja.
—Mi vieja me dice cinco veces por día que antes de tirar la verdura en el tacho la envuelva en papel de diario porque larga mucho olor.
—¿Pero vos lo hacés?
—¡No!
—Ah, entonces no te quejes.
—Otra cosa que me dice todo el tiempo es: “Ordená el cuarto”.
—A mí me hace lo mismo. Me dice: “Marina, dejaste todo en la mitad del camino”. Y yo le digo: “¿En la mitad de camino para quién?”. O si no, me ordena el cuarto cuando no estoy. Y yo digo: “¿En qué momento entrás a mi cuarto y odernás cuando yo no estoy?
—Nosotros tenemos una pava eléctrica y según mi mamá si la apoyás directo sobre la madera, la quema. Es mentira. Pero siempre la tengo que apoyar en un apoya-pavas que tiene un kiwi pintado, el animal ese que es como una gallina. Siempre lo hago y justo el día en que no lo hago, ella me ve y se enoja.
3
Una señora de 50 años ingresa a la sala de espera de un consultorio con una adolescente japonesa. La mujer tiene el pelo largo y enrulado y lleva puesta una camisa floreada. La adolescente tiene un buzo azul y una trenza en el pelo; habla medianamente bien en español. Miran el canal de noticias que está sintonizado en el televisor y la mujer inicia una conversación:
-¿Ves? Esa es Mercedes Sosa.
-Pensé que era un hombre.
-No, es una mujer. Bueno, ahí estaba joven, ahora estaba más grande. Así, ¿ves?
-Ah.
-¿En tu país también hay autos negros en los funerales?
-Sí pero de otra marca.
-¿Y flores?
-Sí pero de papel… ¿Eso es donde fuimos la otra vez?
-No, nosotros fuimos al cementerio de Recoleta. Eso es el Congreso.
-Ah, Recoleto.
-(La mujer mira un anillo que lleva la japonesa en su mano izquierda): ¿Y ese anillo? ¿Qué es esa “N”?
-Ehm… Es Nenyi.
-¿Es un chico?
-(La japonesa se ríe): No, no: Nenyi.
-Nenyi es un chi-co, Nenyi es un chi-co.
-No, no sé.
-“N” de “no sé”... (la japonesa se ríe). Bueno, a la tarde vamos a ir a tomar el té. Acá hay una canción que dice: “Estamos invitados a tomar el té, la tetera es de porcelana pero no sé ve, yo no sé por qué” (canta).
-“¿Peronové?”
-Pero-no-se-ve, but you cannot see it.
-Pero no se ve.
-Pero no se ve.
-¿Ves? Esa es Mercedes Sosa.
-Pensé que era un hombre.
-No, es una mujer. Bueno, ahí estaba joven, ahora estaba más grande. Así, ¿ves?
-Ah.
-¿En tu país también hay autos negros en los funerales?
-Sí pero de otra marca.
-¿Y flores?
-Sí pero de papel… ¿Eso es donde fuimos la otra vez?
-No, nosotros fuimos al cementerio de Recoleta. Eso es el Congreso.
-Ah, Recoleto.
-(La mujer mira un anillo que lleva la japonesa en su mano izquierda): ¿Y ese anillo? ¿Qué es esa “N”?
-Ehm… Es Nenyi.
-¿Es un chico?
-(La japonesa se ríe): No, no: Nenyi.
-Nenyi es un chi-co, Nenyi es un chi-co.
-No, no sé.
-“N” de “no sé”... (la japonesa se ríe). Bueno, a la tarde vamos a ir a tomar el té. Acá hay una canción que dice: “Estamos invitados a tomar el té, la tetera es de porcelana pero no sé ve, yo no sé por qué” (canta).
-“¿Peronové?”
-Pero-no-se-ve, but you cannot see it.
-Pero no se ve.
-Pero no se ve.
1
Un chico de 26 años, vestido con un traje, habla con una señora de 50 en el subte. Parecen compañeros de trabajo:
—Ah… ¡Pero vos naciste antes de que se inventara Internet!
—Y vos también.
—No. En la segunda guerra mundial ya había Internet.
—Bueno, pero no acá.
—Sí, acá y en todos lados. La gente iba a unos salones…
—¿Pero acá?
—Sí, lo leí en un libro, en serio te estoy hablando.
—Ah… ¡Pero vos naciste antes de que se inventara Internet!
—Y vos también.
—No. En la segunda guerra mundial ya había Internet.
—Bueno, pero no acá.
—Sí, acá y en todos lados. La gente iba a unos salones…
—¿Pero acá?
—Sí, lo leí en un libro, en serio te estoy hablando.
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