Monday, September 26, 2011

26

Dos compañeras de trabajo de 65 años o más se encuentran por la mañana en un colectivo en la zona del Congreso. Las dos están muy maquilladas. Luego de saludarse, una comenta:

—Estamos aprendiendo los verbos ahora en el curso: pluscuamperfecto, pretérito perfecto simple y compuesto, pronombres...
—¿Cristina Sosa está yendo?
—Sí, Cristina Sosa tiene el secundario hecho pero en la oficina no se lo reconocen.
—¿Y Granada no va?
—Granada está en Pinamar. Paseando. El Estado le da dos años. Y después va a zafar dos años más por traumatología.
—Va a volver tostadito...
—Y es sindicalista así que por ahí le dan licencia gremial.
—Es que tiene muchos contactos....
—Pero escuchame: no podés tener un millón de amigos. Los amigos de verdad son contados con los dedos de la mano.
—¿Viste que el otro día hubo simulacro? No avisaron nada.
—No, no, no pueden avisar. Si no, la gente se va.
(Se para)
—¿Ya bajás?
—Sí.
—Ah, ¿vas más tarde al trabajo?
—Sí...
—Más vale, más vale.
—Hago aquagym...
—Ah...
—(Se dirige a un hombre que está parado al lado de la puerta en tono quejoso): Señor, ¿se podría correr por favor? Gracias.
—Chau Irma.
—Chau.