Un hombre de treinta años en una casa de colchones.
Cliente: Me gusta este colchón.
Vendedor: Mirá que si dormís todos los días con alguien, este colchón
se te va a deformar todo.
Cliente: No, no... Duermo con alguien una o dos veces por semana.
Vendedor: Pero mirá que si después empezás a dormir con alguien todos
los días...
Cliente: No voy a dormir con alguien todos los días. Voy a dormir con
alguien a lo sumo dos veces por semana.